sábado, 23 de octubre de 2010

Lunes, domingo, lunes... viernes

Me desperezo con fastidio, sintiendo aún el calor de las sábanas mientras soy perfectamente consciente de que una parte de mi piel se vuelve a acurrucar a tu lado. Se me helará el cuerpo sin sentirte durante el resto del día. Se me pararán los sentidos durante unas horas, hasta que tu olor se vuelva apenas perceptible y yo pueda concentrarme en mi trabajo.

Verteré el café recién hecho sobre el vaso metódicamente preparado la noche anterior y lo beberé pausadamente en tanto espero inventarme el momento preciso para entrar de nuevo en la habitación y llenar de suaves besos tu piel antes de marchar. Sonrío al sentir cómo el primer sorbo me despeja del cincuenta por ciento del sueño que habita en mí.

Lunes… y por la tarde domingo. Y mañana otra vez lunes.

Y así constantemente hasta llegar de nuevo al viernes y yo pueda disfrutar dos días y medio de ti…